El líquido refrigerante y su importancia para el mantenimiento del motor.

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El líquido refrigerante y su importancia para el mantenimiento del motor.


Cuando una persona tiene fiebre es necesario bajarle la temperatura corporal y para eso podemos usar una bolsa de hielo. Sin embargo, luego de un rato de estar en contacto con la piel el hielo empieza a derretirse porque absorbe calor; y es necesario reemplazarlo para que pueda seguir cumpliendo su función de enfriamiento.
Lo mismo sucede con el motor, que al quemar gasolina y aire para la combustión hace que su temperatura aumente considerablemente. El refrigerante circula por el motor impulsado por la bomba de agua; y es el encargado de absorber el calor generado por el motor, mantenerlo a la temperatura adecuada y prevenir la oxidación.

El líquido refrigerante se enfría al circular por dentro del radiador. Para cumplir esta función, el radiador se sirve del aire exterior que lo atraviesa a gran velocidad; y cuenta a su vez con un ventilador capaz de enviar una corriente de aire extra siempre que sea necesario.

Cuanto más baja sea la temperatura de congelación del refrigerante, mejor, para prevenir que se congele en invierno. Si esto sucede, pasaría de su estado líquido natural a un estado sólido, lo que haría aumentar su volumen y podría provocar una rotura de los conductos por los cuales circula.
A medida que utilizamos nuestro vehículo, el calor del motor deteriora al refrigerante que lo recorre. Esto hace que disminuya el volumen y eficiencia del líquido refrigerante, lo que puede tener consecuencias graves para el motor y la mecánica del vehículo. Por suerte contamos con el indicador de temperatura en el tablero, para advertirnos si el motor se está sobrecalentando.

Debemos tener en cuenta que si conducimos regularmente por carreteras y vías rápidas el motor opera a mayores velocidades, liberando más cantidad de calor y haciendo que el refrigerante se desgaste más rápido. Por otro lado, si planeamos viajar a tierras frías tenemos que asegurarnos de aumentar el nivel de concentración del líquido refrigerante para evitar problemas de congelamiento (el nivel normal es aproximadamente del 30% y deberíamos aumentarlo a un rango del orden del 40 o 50%).
Por todo lo anterior, es fundamental realizar un correcto mantenimiento del líquido refrigerante y remplazarlo cuando sea necesario para que nuestro motor esté en óptimas condiciones (la frecuencia recomendada de reemplazo es cada 40.000 km aproximadamente)